Nick en el tiempo

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29 Mar, 2019

Nick en el tiempo

Parte I

Estos experimentos han rasgado el cielo como si fuera un pedazo de papel. Dos líneas uniformes de forma paralela, entre ella una línea fina de azul oscuro. De día se ve azul claro, pero a sus extremos termina en blanco, de noche este blanco cambia a un negro azabache pero la línea se mantiene en azul. El sol y la luna se ocultan detrás de esta fragmentación celestial.

Vemos a Nick detrás de una ventanilla. Vestido con bata de laboratorio, viendo varios monitores y anotando en su tablet. Aunque en apariencia podría ser un científico, no lo es. Simplemente está recogiendo y analizando datos para después enviarlos a los verdaderos expertos. Nick se siente con la capacidad e inteligencia de poder ocupar un alto cargo y correr con varias responsabilidades de gran nivel. Es que el campo de investigación sobre los viajes espaciales siempre lo estudió, desde joven, desde que andaba en el instituto. A pesar del trabajo agotador y de las pocas oportunidades que ha tenido, Nick no pierde esperanza.

Nick es un sujeto medio de contextura delgada. Su nivel intelectual es muy alta, capaz de resolver problemas matemáticos complejos a una velocidad increíble. En esta ciudad de ciencia e innovación solo ha tenido la oportunidad de ser un simple analista de datos. Esto como fue afirmado anteriormente le genera algo de frustración.

Han pasado más de una hora desde que salió del trabajo. Durante ese tiempo caminó en una sola dirección. Su mente no es capaz de aceptar del porque justo en este momento se siente tan desdichado. Ve un banco a la orilla de la vereda y se sienta. “Y ahora que estoy aquí, adonde mi vida me ha llevado ¿Qué debo hacer ahora?” Justos esos pensamientos pasan por la mente de Nick. En una esquina destella algunas luces sobre el pavimento y las paredes de los edificios. Nick concentra su mirada y percata que es un establecimiento. Piensa en un burdel, pero al acercarse se da cuenta que no es así, es un bar-café con temática futurista. Adentro esta aglomerado de gente. Al fondo y bajo unas luces rojas y violetas se observa personas gritando dando ánimo y descargando sus energías sobre una arena de combate. Por supuesto a Nick le picó la curiosidad. Entra para descubrir, para escudriñar en algo que podría cambiar su desafortunado y tétrico destino.

— Den sus apuestas al mejor de los mejores luchadores FuriosDark — un presentador se alza en medio del cuadrilátero dando grito y animando aún más a la multitud — con quince peleas ganadas y diez perdidas. El rencor y la ira arden por sus venas. Más de cien kilos de pura adrenalina, con ustedes FuriosDark — la última palabra la da con tal entusiasmo que el local estremece por un momento.

Y en la penumbra detrás de unos dinteles aparece FuriosDark. En sí es un humano, pero parte de su cuerpo pareciera una máquina. Por ejemplo, su brazo derecho totalmente mecanizado, metálico que refleja todas esas proyecciones de luces sobre el escenario. Cuarta parte de su rostro, desde la mejilla hasta llegar al borde inferior de sus ojos está incrustado una placa metálica. No sabemos en cierta manera si sus pies también son mecánicos porque lo cubre con un jeans de tonalidad negra.

— ¡Sobre la arena tenemos al gran FuriosDark! — vuelve a gritar el presentador, FuriosDark alza sus brazos dando rugidos de furia, proyectándose a todos los espectadores.

— El contrincante, un luchador novato, pero con algo de trayectoria en peleas callejeras. Cinco peleas ganadas, cuatro derrotas. Estos pequeños logros gracias a su diminuto cuerpo y un estilo de pelea poco usual y no visto en estas competiciones. ¡Con ustedes BabyCrazy! — A pesar de la emoción del presentador, la multitud no expresa el mismo sentir, en cambio un inquieto silencio y algunos murmullos.

BabyCrazy entra en el cuadrilátero. Su aspecto es más mecanizado. Sus dos brazos son robóticos y delgados. En sí toda su contextura es esbelta, sin músculos pronunciados, sin nada de fuerza aparente. BabyCrazy a un extremo de la arena se sienta en seiza, el empeine de sus pies recae completamente sobre el piso. Sus manos descansan en la superficie de sus muslos y cierra los ojos.

Nick al ver toda esta conmoción se acerca a la mesa de apuestas — Quiero invertir diez mil en el FuriosDark — Lo afirma de forma apaciguada como si estuviera ocultando algo.

Detrás de aquella mesa, una figura femenina, madura y con cigarro en boca le responde a Nick — ¿Es tu primera vez que haces apuestas?, ja, ja, no hace falta preguntar, es súper evidente — Le hace una señal a Nick — Acércate un poco muchacho — Nick muy confiado se inclina hacia delante — Te voy a dar un consejo; no te dejes llevar por las apariencias — la mujer toma el dinero, lo guarda en caja fuerte y le da a Nick una lámina fluorescente.

La multitud vuelve a enloquecer. Las luces titilan en señal hacia una nueva escena.

— Ya todos saben las reglas, no hace falta volver a repetirlo, si algunos de los luchadores mueren se considera como un accidente. Sabiendo esto, que empiece la pelea —

Sonido de una campana envuelve todo el interior del establecimiento. FuriosDark revienta en grito, se acerca corriendo hacia BabyCrazy pero se detiene justo a dos metros al ver que su oponente sigue en la misma posición, además con los ojos cerrados. En menos de un minuto la multitud empieza a enloquecer — ¿Porque te detienes? ¿Le tienes miedo a un simple debilucho? — Esas y otras afirmaciones se escuchan en las gradas — Te has convertido en una gallina, golpéalo, golpéalo — y así continúan todos estos bramidos mezclado con burlas e insultos.  FuriosDrak le detiene justo al frente de BabyCrazy, se coloca en forma de ataque da dos pasos hacia delante y da el primer golpe. BabyCrazy aún con los ojos cerrados y con solo mover su cabeza se retira de la línea de ataque, FuriosDrak pierde el equilibrio, BabyCrazy lo toma con los dos brazos y lo levanta hacia arriba luego lo hace caer de espalda contra el suelo. Brotes de sangre salen por su boca y fosas nasales. BabyCrazy no pierde ni un segundo, le lanza un golpe a puño cerrado sobre el cuello, este revienta. Por tres segundo se escucha una agonía. FuriosDrak deja de respirar. La Multitud vuelve a enloquecer en gritos y bramidos de emoción. Nick sorprendido y sin disfrutar absolutamente nada se retira algo apresurado del local, sin llamar mucho la atención. Pero la mujer detrás del escritorio de apuesta tiene todos sus datos. Irse así de apresurado debiendo una deuda tan alta no es buena idea.

Los siguientes días pasaron con normalidad para Nick. La misma rutina, el trabajo, la casa, la familia. De hecho, para Nick lo más importante del día es su familia. Sentarse con su esposa e hijo a cenar, después jugar hora o hora y media videojuegos con su hijo. Luego dormir con su esposa recién bañada, hermosa, como una doncella en vestiduras sencillas. Todo esto para Nick era irremplazable, al menos que él se sintiera de mal humor. Odiaba que su familia lo viera en ese estado de ánimo, sobre todo al salir del trabajo.

Pasaron exactamente dos semanas desde el día de la apuesta, donde Nick se vio en una situación algo complicada. Al salir del trabajo con algo de sentir alegre y sonriente, se traslada inconscientemente hacia el bar de luces fluorescente. Casi diez días teniendo en mente evitar sobre toda costa esta ruta, pero hoy lo olvidó por completo, se dejó llevar por el vacío de sus pensamientos.  Al mirar hacia la entrada del bar observa dos sujetos delgados vestido de traje formal. Nick no disimula en nada su reacción de miedo. Los dos sujetos si lo miraron, de hecho, ya tenían órdenes de buscarlo y darle una paliza, pero aquellos hombres no mostraron ningún gesto, simplemente se quedaron allí en pie.

Nick solo le falta tres cuadras para llegar a su hogar, ahora está totalmente relajado, en varias ocasiones mira el cielo estrellado y se deja deslumbrar por su bóveda aparentemente infinita.  Una punzada muy fuerte en su batata izquierda hace que se caiga de golpe en el suelo, se retuerce del dolor. — Maldito calambre — Siente otra punzada justo por encima de la costilla. — Arggghhh — Aquí se percató que esta maldición no es proveniente de un calambre, si no de su estupidez en apostar sin dinero. Los dos hombres están de pie frente a él.  Otra punzada justo en el pecho. Nick después de emitir un chillido de dolor siente como la saliva sale de su boca, no lo puede evitar. Un hombre se acerca — En dos días a las veintidós treinta horas al borde del muelle Celar con todo el dinero que debes, de lo contrario pagarás las consecuencias — Los hombres se perdieron de vista. Nick no se puede levantar, más bien se arrastra unos cuantos metros. Dura un buen rato sobre la vereda, doblado de dolor. La luz melancólica de la luna descansa en el cuerpo de Nick.

En dos días tiene que estar en el muelle Celar. Es imposible reunir tanta cantidad de dinero en ese lapso de tiempo. Nick no pudo ocultar la verdad a su esposa. Ella, aunque un poco enojada, no se concentró en el problema si no que realizo lo posible para buscar una solución. Faltaba cinco horas para el encuentro y ya había logrado conseguir casi la mitad del dinero. Claro, con ayuda de su familia, inventado una supuesta enfermedad que tenía Nick. De esta forma logró sacar gran cantidad de efectivo entre sus padres y hermanos. Falta una hora para las veintidós treinta horas, el tiempo indicado de encuentro. En total no tenían lo suficiente.

— No vayas al muelle – Dijo Clara la esposa de Nick.

— ¿Estás loca mujer? Si no voy me mataran — Nick lo dijo con toda firmeza.

— Si vas con el dinero incompleto igual te mataran — Dijo Clara y además tiene razón, ir con falta de dinero sería un suicidio. — Es preferible que escapes, ahora ya que tienes tiempo —

— No mujer, no me parece lógico — La expresión de Nick fue tranquila, se sienta en el sofá. Clara al ver a su esposo en un estado tan deprimente se acerca y lo abraza. Y así se quedan los dos en silencio, escuchando simultáneamente su respirar.

— Ya es la hora — Al decir esto Nick se levanta, Clara rompe en llanto — Voy a huir. Prefiero que nuestro hijo tenga un padre fugitivo que un padre muerto. En algún futuro lo volveré a ver — Clara entiende la decisión de Nick, además se dirige hacia el dormitorio y con un gesto invita a su esposo a preparar maleta. Y así duraron varios minutos, en realidad pasaron cuarenta y tres minutos. Los dos no se dieron cuenta de lo rápido que se agota el tiempo.

— Despídete de tu hijo — Dijo Clara sujetando con firmeza el rostro de Nick.   

Ya en la habitación del niño y teniéndolo entre sus brazos — Perdóname por ser tan mal padre, solo quiero que cuando seas adulto no guardes odio ni rencor contra mi — Nick no aguanta y se desploma en llanto.

— Han pasado más de treinta minutos, has fallado en el trato que teníamos, ahora vas a pagar por ello — Esto lo dijo el hombre bien vestido, parado justo al borde de la habitación, con Clara agarrándola por el cabello. Es evidente la noqueo y la arrastró por todo el pasillo.

— Pero ¿qué has hecho? — Esta interrogación fue formulada entre una voz de miedo y sorpresa. Nick se siente frustrado, además siente un miedo que le hace temblar sus extremidades. La siguiente acción y lo más lógico para Nick fue ocultar al niño entre las sábanas.   

— Ja, ja, ja, justo lo que pensaba, eres un total inútil — El hombre saca un arma y dispara sobre la cama, chorros de sangre salpica hacia toda dirección. Nick se queda paralizado. No sabe qué hacer, y así duró varios minutos. Pudo ver al hombre como dejaba a Clara en el suelo, giraba y se retiraba hacia el final del pasillo. Nick marca en su celular el 911. — Han matado a mi familia, vengan lo más rápido posible por favor — A continuación, dio sus datos personales y dirección. La persona detrás de la línea pudo calmarlo. Nick termina la llamada sin aviso. Se levanta, va hacia Clara, nota que todavía está respirando. Nick toma su maleta y se marcha.

Un gran saco para el frío cubre por completo a Nick. Ahora está en el pasillo, se detiene frente a una puerta metalizada, brillante y con panel táctil es su superficie. Nick introduce algunos números, además, su huella de identidad y logra entrar. De fondo en esta habitación se alza una gran esfera. Alrededor de ella muchos equipos de cómputo con sus pantallas respectivas. Nick enciende cada uno de ellos, se toma su tiempo. Cuando la sala queda completamente iluminada por toda esa indumentaria tecnológica, Nick se cambia de ropa, se coloca un traje, muy parecido al que usan los astronautas al hacerle mantenimiento a satélites, pero este se ajusta algo a la contextura de su cuerpo. La esfera se abre en dos. En el centro hay un asiento, Nick se sienta y saca su teléfono móvil. Empieza la grabación.

— Clara, espero que ahora estés bien. Me imagino el gran pesar que estas pasando por la muerte de nuestro hijo. Todo es mi culpa, soy el peor ser del universo — Nick se detiene por un momento, lágrimas salen de sus ojos — Esta es la única opción que nos queda para poder disfrutar más tiempo con nuestro hijo, si logro hacerlo voy a venir a buscarte, sino espero poder sentir nuevamente el calor de tus brazos, te amo –

En la pantalla aparece un mensaje de “vídeo enviado”. Nick arrastra el aparato sobre el suelo. La esfera vuelve a tomar su forma original. Un estallido de luz deslumbra el lugar. Las paredes tiemblan, pedazos de techo caen sobre la superficie de los computadores. El piso revienta en mil partes. La estructura del edificio colapsa. Solo queda la esfera, que empieza a girar a una velocidad asombrosa, su parte inferior estalla provocando una explosión. La esfera se alza rápidamente sobre el cielo estrellado. A la distancia, cuando para el ojo humano se convierte en un simple punto, explota hiriendo la atmósfera del planeta, dejando a la tierra rodeado de un destello lineal.

Parte II

La esfera aterrizó justo en las coordenadas que logré configurar. Espero que en aquel bosque pueda estar segura, no quiero quedar varado en un tiempo donde las cosas vuelvan a salir mal.

Tal como lo pensé me tomó una hora y unos cuantos minutos llegar a la ciudad. En este día domingo la carretera está desolada, por lo cual no vi ningún vehículo que me pudiera dar traslado.

Al estar frente al edificio donde vivo, surgió la siguiente duda; ¿El Nick de este tiempo existirá? si existe un Nick solamente tendré que decirle, tendré que hablar con él para que proteja a su hijo. ¿En este tiempo tendré mi propio hijo? En realidad, no lo sé, no sé exactamente a cuál paradoja me estaré enfrentando. La respuesta está en la misma máquina del tiempo. Entre al departamento, pude cambiarme de ropa, me vestí tal cual como si fuera al trabajo. Después partí hacia mi oficina.

Los niveles de seguridad están muy reforzados. Para entrar me escanearon dos veces y me interrogaron. Ya en la oficina, me senté frente al computador, al encender aparecen miles de mensajes de advertencia, información encriptada, mensajes cerrados. Esto me sorprendió, primera vez en mi carrera que veía una institución en un caos total. La máquina del tiempo a desaparecido. Hable largo y tendido con mi jefe inmediato, él tampoco podría creer lo que estaba sucediendo, quería una explicación a todo este desenlace, pero una frase mía lo dejo en blanco:

— Es evidente, la han usado — Lo dije en tono alto, trate de que fuera lo más impactante, y surgió efecto, se quedó en silencio — Señor ¿Está allí?

— Si, hablamos luego Nick, mantente conectado por favor — El mismo canceló la comunicación.

Si la máquina del tiempo no está, esto quiere decir que no debe estar en este mundo un yo aparte de mí. ¿En qué paradoja he entrado? En ninguna, simplemente estoy en un multiverso de infinitas posibilidades. La posibilidad que tengo ahora es salvar a mi hijo.

En el trabajo todas las actividades se suspendieron. Todos los proyectos fueron detenidos. Empezaron a despedir personal. Mi jefe directo casi se suicidó. Más de veinte años de investigación y de un día para otro todo se va a la quiebra. En realidad, fue muy estresante. Pero ese es el día de la pelea entre FuriosDrak y BabyCrazy. Necesitaba estar allí, cambiar el destino. Por lo cual me retiré del trabajo con mucho sigilo, a pesar de las miles de tareas pendientes, me fui, me dirigí directo al bar.

Todo en el establecimiento sigue tal cual como lo recuerdo. Ahora no se si es como si estuviera en el ayer, no lo presiento así, solo veo el día de hoy como el presente. Me acerque a la vieja gorda que me atendió aquella vez.

— Le voy a BabyCrazy, quiero apostar quince mil —

— ¿Está completamente seguro? — Lo dice la señora mirándome directamente a los ojos —

— Si, por supuesto — Sin titubear acerque mi mano hacia ella. Se inclinó de nuevo, tomó mi pulgar y lo escaneo en su tableta.

— Tienes una cara de perdedor, espero que la suerte te acompañe — Esa última frase lo dijo de forma burlona. Le di la espalda y me senté en las gradas. No recuerdo tanta conmoción entre el público, estas personas están locas, no se cansan de gritar, su fanatismo ya sobrepaso lo enfermizo. Allí están los dos luchadores, uno al frente del otro mirándose, sin emitir ningún sonido. Esperan que el presentador de la orden de inicio.

Esta vez BabyCrazy no se colocó en seiza, simplemente se lanzó hacia FuriosDark. Los dos empezaron a intercambiar golpes, una cuantas patadas y el encuentro termina en menos de dos minutos. BabyCrazy está en el piso noqueado. No lo puedo creer mi única esperanza de poder salvar a mi hijo se ha esfumado. De allí salí corriendo. Sentí tal confusión, un dolor en el pecho tan grande, un miedo terrible.

Sin pensar, sin detenerme ni un solo segundo, llegue al muelle Celar. ¿Porque llegue aquí? No lo sé. Solo me deje llevar por el impulso del momento. ¿Será que la mejor opción es morir ahogado en el agua, quitarme la vida? Luego sentí una punzada eléctrica en mi espalda. Son los dos sujetos de traje. Están aquí. Las posibilidades en este tiempo han cambiado.

— Te has ido sin pagar tu deuda — Dijo el mismo hombre que agredió a mi mujer y mató a mi hijo. Obvio aquel desastre todavía no ha ocurrido. Este es mi momento de cambiar las cosas. Me lancé hacia él con todas mis fuerzas. Vi su bastón en alto, no pude evitar el golpe. Sentí un dolor y todo se volvió a negro.

— Por fin has despertado. Estás justo a tiempo para presenciar la ejecución de tal asqueroso renacuajo — Es la voz del sujeto en traje. Al escuchar estas palabras lo primero que vino a mi mente fue el rostro de mi hijo. Abrí los ojos de inmediato. Estaba allí, frente mío, de cuclillas, con una pistola en la cabeza.

— Por favor, no le hagas daño — Dije esto y luego extendí mi brazo derecho hacia mi pequeño.

— Por supuesto que le vamos hacer daño. En vista de que no tienes nada de dinero vamos a proceder — Dijo el mal nacido. Dos segundos después jaló del gatillo. Los sesos de mi hijo cubrieron toda la habitación, yo de la conmoción entre en llanto.

Creo que me desmaye. Al abrir nuevamente los ojos solo pude ver el cadáver. Me levante, busque a mi esposa por todo el departamento y no la encontré. Necesito la máquina del tiempo nuevamente. Todo no salió tal cual lo planificado. Necesito pensar nuevamente en este error. ¿Qué habré hecho mal? Los acontecimientos en este contexto se aceleraron mucho más de lo previsto.

Sin tomar cosa alguna como posesión, camine esa hora hacia las afuera de la ciudad, hasta llegar a la esfera. Introduce algunos dígitos sobre su superficie. La esfera se partió en dos. Entre, me senté sobre el asiento. Volví a introducir otros dígitos. La esfera empezó a temblar, de repente sentí como me halaban bruscamente hacia el suelo. Pude contar hasta diez y caí en un sueño profundo.

Parte III

Este tiempo empezó tal cual como el anterior. Pero esta vez no le dije al jefe acerca de la posibilidad de que alguien, alguna persona equis, pudo robar la máquina del tiempo. Quería concentrarme en los desenlaces del viaje anterior. No podría cometer el mismo error. Está en riesgo otra vez la vida de mi hijo.

El teléfono celular empezó a sonar.

— Nick necesito que te dirijas a mi oficina, ahora — La voz de mi jefe sonaba algo irritada. ¿Será que me descubrieron? ¿Pero cómo me van a descubrir si todavía no he cometido nada? En esa línea temporal era inocente. Llegué a la oficina, el jefe hace una señal para que me siente.

— Hemos constituido un equipo de cinco científicos para encontrar una razón lógica con respecto a la desaparición de nuestra unidad de desplazamiento. Los resultados indica que de hecho la unidad fue utilizada trasladándose de forma efectiva hacia otra línea temporal. Desde aquí hemos concluido que en estas instalaciones solo quince personas son capaces de cometer tal delito. Entre esas personas entra usted señor Nick –

Me han descubierto, la única forma es que otra persona pudo realizar un viaje, pero no con la máquina de esta línea, no, lo tuvo que realizar con la misma máquina que yo viaje. Es decir, encontraron la esfera en medio del bosque, o simplemente son conjeturas.

— ¿Me está acusando abiertamente de cometer este crimen? — Formule esa pregunta. Esperaba un si para yo de inmediato correr hacia la salida, escapar en un auto y dirigirme hacia el bosque.

— No, por supuesto que no señor Nick. Simplemente sospechamos de usted — Dijo el jefe sin titubear ningún momento. Luego agarro el intercomunicador y afirmó — Por favor señor González ya puede entrar a la oficina.

La puerta se abrió. Un sujeto alto en traje apareció detrás de ella. Era él, González, el asesino que le voló el cráneo a mi hijo. Me levanté de golpe. Mi cara reflejó una palidez nunca antes vista. La voz del jefe llamó mi atención.

— Señor Nick ¿Qué le sucede? Por favor siéntese — Tal cual como lo expresó el jefe así lo hice. — El señor González aquí presente va a realizar unas pruebas con usted. Es un examen, un sistema de detección de mentiras — Lo afirmó el jefe.

— Okey — Afirme esto y me senté.

— Por favor señor Nick colóquese estos guantes — González me extendió unos guantes plateados. No lo vi como una amenaza así que me coloqué cada uno de ellos.

— ¿Dónde estuvo anoche? — Pregunto González.

— En mi casa — Respondí sin titubear.

— ¿Alguna vez a entrado al laboratorio principal sin autorización? — Volvió a preguntar.

— No, absolutamente no — Respondí de igual manera.

— ¿Ha tenido intenciones de robar el equipo de desplazamiento? — Pregunto de nuevo.

— Nunca he tenido tales intenciones — Respondí, pero creo que esta vez sí dude.

González no volvió a preguntar, en cambio dijo: — Hemos terminado — Ya se puede quitar los guantes — Me quité los guantes y lo coloqué encima del escritorio.

— Bueno señor Nick, le agradezco toda su paciencia y colaboración, ya se puede retirar — El jefe lo afirmó de golpe dando una orden contundente. Me pare y apresuradamente me retire de la oficina. Algo aquí está mal, muy mal. No pude comprender la situación. ¿Como ese sujeto apareció en la oficina? ¿Como puedo ser posible que siga órdenes del jefe? Es evidente, hay una conexión entre las peleas de ese bar y esta empresa, o por lo menos el jefe está detrás de todo ello. Pensando de forma más objetiva, el jefe es el enemigo.

Claro, después de aquello fui directamente al bar y volví apostar. Volví apostar por BabyCrazy. Necesitaba ganar y ver la conexión que existe entre las peleas y el jefe. BabyCrazy empezó la lucha sentado en seiza, por un momento pensé que ganaría, pero FuriosDark se adelantó lo suficientemente rápido y atravesó su pecho con el brazo. Volví a perder la oportunidad de salvar a mi hijo, ahora no sé qué hacer. Me aleje corriendo. Fui directamente al departamento. Busque a mi niño. Todavía estaba con vida.

— Ponte unos zapatos, nos vamos ya — Pobre, su cara de confusión no tiene precio, de igual forma me obedeció sin dudar.

Corrimos a alta velocidad en mi coche. Nos dirigimos hacia el bosque justo donde se encuentra la esfera. Nos detuvimos en el camino. Para poder llegar a la esfera es necesario caminar entre los árboles. Nos deslumbró varias luces de unos camiones. Allí me percate que nos estaban persiguiendo. Tomé a mi hijo entre los brazos y empecé a correr. Luego de cinco minutos y con un cansancio descomunal logre ver la esfera. Escuché mucho ruido entre el bosque, entre en pánico y volteé. Varias personas uniformadas de forma militar me apuntaban con sus rifles, pero aun así yo mantenía gran parte de la distancia. Faltaban algunos metros para llegar a la esfera y ocurrió lo inimaginable. Estaba empapado en sangre, me detuve por un momento para determinar que mi hijo no estaba respirando. Me detuve, le tomé el pulso, no encontré señal de vida.

Creo que en ese momento grite con todas mis fuerzas o en realidad no, es que también las balas rebotaban sobre la esfera, de tal forma me atormentaba mucho más de lo que estaba. Entre en la esfera para dejar que ella continuara su trabajo.

Parte IV

Perdí el sentido del tiempo. Gracias a Dios no perdí el sentido del espacio. Si esto último me faltara no podría encontrar el siguiente punto de destino y de esta forma todos mis viajes no hubieran ocurrido. Siento como si me quedara sin alma. Antes, mucho antes de entrar por primera vez en esa esfera, mucho antes de que mi vida fuera una desgracia sentía la sensación de libertad, estaba feliz. Ver de forma consecutiva al amor de mi vida en una desgracia total me rompió el alma. Ver la muerte de mi hijo una y otra vez sin parar me mato. No sé exactamente cuando este ciclo se rompió, solo sé que en algún momento me rendí, deje las cosas tal cual deberían ocurrir. Este poder de manipular el espacio y el tiempo es demasiado para mí.

Parte VI

Introduje otros códigos en el panel. Esta vez decidí huir a un lugar donde la humanidad nunca llegaría, el fin de todos los tiempos. La esfera se acercó hacia un planeta gigante. Fue atrapado por su gravedad y poco a poco caímos en la superficie. Si mis cálculos han fallado al abrir la esfera quedaría muerto al instante, si no, podría sobrevivir en este planeta alrededor de un mes, justo lo necesario para estar listo antes de mi muerte.

Este viaje lo preparé, traje una vestimenta especial para el frío extremo y reservas de comida. La esfera realizó su típico sonido ante de abrirse en dos. Lo confieso, si sentí algo de pánico, pero pude sobrevivir. Creo que un mes es suficiente para ver el fin del universo. Llegue a la línea máxima donde justo ningún tipo de vida puede sobrevivir, por lo menos mi tipo de vida, por lo menos este cuerpo tan débil e insignificante. Ver el universo en agonía me recuerda lo inútil y diminuto que fui.

Exactamente no sé cuánto tiempo transcurrió desde que llegué allí. Se que ya estaba muy cansado, de hecho, falto de energía. Justo en ese momento cuando casi no podía mantener los ojos abierto una luz me deslumbró. Era un aparato que se posó sobre el terreno a unos cuantos metros. La lógica me decía que la única forma que una tecnología ajena estuviera en frente de mis ojos en este lugar, es que ese aparato era una unidad de desplazamiento. Tal cual como la esfera. A partir de aquí no pude cerrar nuevamente los ojos, tenía la mirada fija en aquel instrumento. Este se abrió en dos y pude ver como salía un ser humanoide. Digo un ser porque hasta el momento no estoy seguro si es humano o no. Se acercó con mucha lentitud.

— ¿Nick quieres que te ayude o decides quedarte aquí?, niega con la cabeza si quieres quedarte — Su voz era angelical, era como si estuviera escuchando la orquesta más hermosa, un sonido supremo. Yo negué con la cabeza, quería morirme.

— Has decidido morir, si es así escúchame con mucho cuidado — Este ser afirmó lo anterior y luego se sentó al frente mío — Como podrás ver el universo se expande de tal forma que no es capaz de sustentar vida o la vida no es capaz de seguir en un universo tan agotado. Tus cálculos fueron correctos, ahora estás justo en el momento donde la última vida ha dejado de existir. A partir de ahora solo queda frío, soledad y oscuridad. Hace 500 años la humanidad se empezó a preocupar sobre esto y retomó las investigaciones sobre los saltos temporales. Descubrió que haces millones de años en la órbita del planeta tierra se trazó más de 100 caminos hacia otros universos. Eran 100 formas de escape para la humanidad. Todas estas vías fueron creadas por ti. En sí fueron más de 100 intentos de salvar a tu hijo y ninguno con éxito. 100 veces fallastes, 100 veces murió tu hijo para que la humanidad siguiera su curso —

Me abalance hacia el ser, quería seguir viviendo, quería volver a ver a mi hijo.

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