Partícula divina
Partícula divina
I
“Gran parte de las personas están consciente que algún día van a dejar de existir. Somos seres efímeros dentro de la amplitud del tiempo” Andy recordó estas palabras de su padre. Las escribió en una libreta, no es un diario, sino una libreta de anotaciones importantes, como números de teléfonos, direcciones, fórmulas, cuentas algebraicas, versos bíblicos, críticas constructivas de sus colegas profesionales, entre otros datos. Andy, apellidado Ledman, es un físico muy conocido dentro de la comunidad científica del siglo XXII. A mediados de ese siglo, después de que la humanidad sobreviviera a crisis económicas, epidemias y guerras, el planeta logró tener una ligera paz, la hambruna y el calentamiento global volvieron a ser un problema. Los países invirtieron en otros campos de la ciencia. En este punto Andy se convirtió en una pieza fundamental dentro de los intereses tanto políticos como religiosos.
Sus estudios sobre la existencia de Dios era controvertido por el hecho del desgaste psicológico y humano durante el siglo XXI. Milagrosamente algunos países fuera del conflicto lograron prosperar, y en los años durante la corta vida de Andy, alcanzaron ser potencias mundiales tan fuertes como la tradicional China o la capitalista América.
Andy entre sus diálogos y discursos tenía la explicación de tales cambios históricos. — La ausencia de valores humanos enriquecidos por ideologías humildes y sabias, ha ocasionado en la humanidad la más grave crisis de su historia — Éste era su discurso, igual así nadie le creía.
— Estimado Andy, todo está listo para los ensayos de esta tarde — Joven y simpática, la asistente de Andy despliega con sencillez un aura de ternura.
— Siempre te he dicho que me digas Andy a secas — Andy aceptó a esta chica no por su belleza, sino por su entusiasmo de superarse y seguir aprendiendo. Tiene la esperanza de que algún día continúe su trabajo. Hace algunas horas mantuvo una larga reunión con el equipo de inteligencia del gobierno, se sospecha amenazas de muerte para su persona. Sus discursos ya incomodaban a varios poderosos. — Muchas gracias, en una hora termino este informe y luego nos vemos en la sala de pruebas —
Al pasar la hora, Andy se dirige hacia la sala, todos tienen batas de laboratorio menos él, simplemente es el supervisor. Todos en el espacio caminan agitados con carpetas y libretas en manos. Algunos saludan a Andy moviendo sus cabezas. — ¿A qué hora exacta se dará inicio a las pruebas? — Pregunta Andy.
— A las 15:30 horas — Responde su asistente.
— Nos quedan 10 minutos, vamos acercándonos — Andy camina hacia el final de la sala mientras observa de reojo su reloj de muñeca. Los detiene una puerta de cristal, sus rostros quedan levemente iluminados por una luz roja. Cambia el color a verde y las puertas se abren, los dos entran.
Vemos una sala de monitores. Una gran pantalla es la protagonista haciendo que las otras de menor tamaño pierdan algo de relevancia. Frente a estos múltiples teclados con infinidad de funciones eran operados por varios hombres, también vestidos en bata blanca. Uno de ellos voltea.
— Estimado Andy, bienvenido — Es un asiático que al levantarse se inclina para dar una pequeña reverencia.
— Gracias Tanaka — Afirma Andy sonriendo. La asistente se le queda mirando fijamente. Después de intercambiar varias palabras con Tanaka. Andy percata que Lucy, su asistente, ha mantenido la mirada fija en su rostro desde hace minutos — ¿Algún problema Lucy? —
— No para nada — Responde, en realidad le sorprendió que hace más de una hora, él mismo le solicitara que no lo llamara estimado.
— Tenemos una separación de más de 5 metros en muros de concreto solidificados con plomo. Esto es lo que nos separa del módulo principal y también de la superficie. Nuestro colega va ha iniciar el proceso de rescate y separación de partículas ubicados a un kilómetro de distancia de nuestras instalaciones. Es indispensable el manejo remoto ya que ninguno de los cálculos computarizados, ni inteligencia artificial, lograron tener mejor resultado que el pulso de nuestro colega — Tanaka guarda silencio por poco menos de un minuto — La prueba empezará en 30 segundos —
Andy y Lucy concentran toda su atención en el monitor principal. El colega, tal como lo nombra Tanaka, entra en la sala de aislamiento. Con traje plateado que brilla de forma sútil ante los proyectores de luz. Introduce sus manos en orificios y dentro de éstas unas pequeñas pinzas sostienen cada uno de sus dedos. Esto le da al colega cierta movilidad que es transferido a las herramientas digitales de su monitor. Ágiles movimientos provienen de sus manos, gráficas aleatorias con cifras que disparan miles de números se proyectan en el gran monitor. El colega en traje empieza a sentirse nervioso, una gota de sudor se refleja por el borde de su frente.
Andy está muy atento. El colega de repente baja la velocidad, y empieza un movimiento sumamente lento. Andy analiza una lista de números al borde de la pantalla.
— ¡Detente ahora! — Este grito fue aterrador. Lucy sintió un frío en su pecho que le hizo dar un paso atrás. El colega mira hacia la cámara con mirada de decepción.
Ya es demasiado tarde, su plataforma de trabajo, las pinzas y las pantallas se dividen en muchos pedazos y tras de ello un destello blanco de luz que se despliega con fuerza y velocidad envolviendo a Andy, Tanaka y Lucy. De esta forma logra alcanzar el paisaje, atraviesa el cielo y se desvanece con lentitud.
— ¿Dónde estamos? — Lucy de pie viendo un paisaje dominado por colores vibrantes, le hizo recordar los cuadros de Van Gogh — Es hermoso — Aves con anatomía prehistórica se deslizan en el aire con suma delicadeza.
Andy despierta, aún está sobre el suelo igual que el resto del personal científico. — Lucy, ¿estás bien? — Andy logra observar con algo de dificultad la silueta de Lucy en contraluz. No tardó en decir — Hermoso —
Dos horas en ese nuevo y fantástico escenario, donde los colores son vibrantes, un azul cielo intenso y césped de verde amarillento. Andy logró ubicarlos a todos y tranquilizarlos. Eran 20 personas, la mayoría jóvenes científicos, pasantes y estudiantes de intercambio. Andy tenía una política de inversión en talento joven.
— Sé que esto es algo insólito para todos, y me incluyo, pero necesitamos estar en un lugar seguro, luego explorar — Se giró y dió su espalda — Bajemos de esta colina y lleguemos al valle.
Caminaron durante varios minutos. Todos tenían miedo, ninguno se atrevía a tocar ninguna planta o insecto de la superficie. Andy mantenía la cabecilla del grupo, los dirigía en medio de la maleza, pero unos metros adelante lograron estar en lo que se suponía era el centro del valle. Césped bajo y equilibrado en altura. Árboles con hojas rosas y amarillas.
— Andy, allí hay un niño — Lucy se atrevió a romper el silencio y señaló hacia delante — Si, es un niño —
— Quédense todos aquí, me voy a acercar. — Andy sin hacer movimientos bruscos se aproxima al niño que está sobre la grama y a la vez jugando con ella.
— Hola — Afirma Andy con total sutileza.
— Hola — El niño responde. Luego se levanta. Su vestido es sencillo de dos piezas, un pantalón y un franela de color pastel, está descalzo — Te doy la bienvenida Andy, he estado esperándote —
II
Podríamos decir que es muy semejante a un insecto, alas, extremidades, cabeza, cola, antenas, pero realizado en un metal tan resistente, capaz de soportar la superficie del sol por más de veinte y cuatro meses. Así describiremos la nave espacial de Freddy. Este sujeto es el capitán. Además forma parte de un grupo de humanos privilegiados.
Freddy por nacer en medio de una familia pudiente, demostrar habilidades físicas asombrosas y gran inteligencia, fue asignado para ser parte de la élite, aquellos humanos de raza pura, apartados de la mugre de la sociedad, para vivir de forma única. A todos estos elegidos se les implantó una gema de color turquesa, con medidas no mayores a cinco milímetros.
Freddy se crió en ese mundo de privilegios. Cubrió todas sus necesidades básicas, y aquellas acompañadas por caprichos, como por ejemplo tener un esclavo de su misma edad pero de raza africana. Esta locura ocurrió después de las clases de historia universal dadas por su maestra personal (aunque Freddy si asistía a un colegio, todos los días a las hora de la mañana) la maestra hablaba sobre la conquista de América y como el viejo continente con sus gobernantes dominaron al mundo a base de gérmenes y armas. Así Freddy tenía su propio esclavo contemporáneo en edad. En vista de esta circunstancia los dos prácticamente se criaron juntos, pero Freddy nunca lo vió como un hermano, sólo como un objeto más propiedad de su familia.
A los 12 años el padre de Freddy decide enviarlo a la escuela militar. Su padre no lo soportaba, no podía controlar el mal comportamiento de Freddy; peleas en la escuela, insultos hacia sus maestros, pataleos frente a su madre. Un día encontró una navaja, cigarrillos y marihuana dentro de la habitación de Freddy. Esto fue el colmo, a partir de aquí lo envió a la escuela militar, justo antes de dejarlo frente al instituto le dió su equipaje acompañado de una nota. Freddy bajó la mirada para leerla; “Vuelve a verme la cara cuando te conviertas en todo un tiburón”. Esta frase es típica en el mundo de los negocios, en las empresas y emprendimiento. Un tiburón aprovecha al máximo sus recursos, sin importar nada, y multiplica por mil sus beneficios. Dentro de la academia Freddy ya comprendía esta frase, aunque sus deseos eran obtener la aprobación y aceptación de su padre, decidió seguir el camino militar. Nunca volvió a verlos, nunca volvió a casa.
Era un día soleado de verano en las afueras de un pueblo del sur de América. Justo a la faldas de la cordillera andina, el frío reinaba a pesar de los rayos vibrantes del sol. Freddy formaba parte de un pelotón, ellos tenían la misión de trasladar equipos militares y de armamento a un campamento aliado que luchaba ferozmente contra milicias terroristas.
Llegaron justo al atardecer a eso de las 20:45 horas. Cada oficial dió reporte a sus autoridades informando sobre el éxito de las misiones, mientras que los cabos dejaban las cajas en un simple y refrigerante almacén. Un soldado se le acerca a Freddy, da una reverencia extendida inclinando parte de su cuerpo. — Estimado Freddy, tenemos a un recluta en graves condiciones, dice conocerlo y quiere hablar con usted — Freddy sigue a este sujeto el cual lo lleva a una carpa de enfermería. Muchos heridos y enfermos dominan la escena, Freddy se cubre su nariz para evitar la sofocante hediondez del ambiente. El soldado se detiene frente a un paciente con tez oscura y de cuerpo robusto, está conectado por varios tubos, un respirador sale por su boca, levanta la mirada y observa a Freddy, la presencia del mismo lo hace agonizar.
— Muchos años sin verte y sin tener noticias sobre ti. Que desagradable eres. No mereces seguir viviendo — Esto lo afirma Freddy con una voz profunda y lenta. — ¿Va a sobrevivir? —
— Sí Señor, pero, na va a volver a caminar y dependerá de una máquina para poder respirar — Responde el soldado.
— Entiendo, ejecutenlo —
— ¿Qué ha dicho Señor? —
— Que le quiten la vida —
— Pero usted no tiene autoridad para ello —
— Si la tengo — Freddy señala la gema que tiene entre sus ojos, el soldado guarda silencio y aparta su mirada — Por el poder que me ha otorgado el estado ordenó en este mismo instante el fin de tu miserable vida —
Meses después de esta forma tan particular de hacer justicia por parte de Freddy, el gobierno interestelar le encomendó la misión de rastrear un destello de energía que tenía origen en la tierra y que ha perdurado por más de dos mil años. Así la espléndida nave de Freddy sobrevoló la negrura del universo durante cientos de años relativos, se afirma relativo porque los mismos ingenieros espaciales no sabían exactamente realizar cálculos en base de tiempo, sólo, como cualquier humano, tenían la esperanza de encontrar un mundo mejor.
Freddy como capitán asignado sentado junto al piloto de la nave, observa el destello producido por el planeta más cercano y afirma — Hemos llegado al cielo — El Cielo, así era dado el nombre a este misterioso lugar, es un nombre mediático surgido por la misma desaparición de Andy, y todos sus discursos controvertidos de religión, ética y política.
— Un planeta más de mierda — Freddy mira a su piloto — No dejes que nadie, mucho menos los gobiernos, te tengan que decir lo que tienes que creer — El piloto solo afirma moviendo su cabeza, no puede apartar su vista de los paneles de control — Hemos llegado, esto será una aventura — Freddy termina de hablar mirando nuevamente al exterior.
La nave se posó lentamente sobre el valle. Una superficie delicada, hermosa y sutil. La luz de los soles rebotan sobre los ventanales geométricos y sobre la superficie haciendo destellos de colores. Adentro Freddy toma sus armas y se equipa, usa un uniforme militar con diseño clásico, para él simplemente es una diversión.
— Acérquense todos por favor — Es una sala lo suficientemente amplia como para estar 200 personas de pie, la tripulación ronda ese número. Todos están presentes. — Hagan silencio carajo, yo sé que para todos ha sido muy difícil, estar tantos años dormidos, perder contacto con los seres queridos y soportar la hediondez de sus compañeros de cuarto, pero toda esta porquería no será nada cuando tengamos éxito en este nuevo mundo que estamos apunto de explorar — realiza una breve pausa — Recuerden somos la esperanza de aquellas personas que hemos dejado atrás — Un tripulante en primera fila, de estatura media estira los brazos con intención de aplaudir. — Ni se te ocurra aplaudir — Lo amenaza con una mirada fija. Luego observa un grupo de mujeres jóvenes y simpáticas, pero algo delgadas. — Ustedes pelotón de feministas, nunca saldrán de esta nave con esa mentalidad así que dejen de ilusionarse — Señala con el dedo pulgar y apuntando hacia atrás — Este equipo de élite, con entrenamiento extremo van a arriesgar sus traseros por ustedes, cuando vuelvan quiero el más alto respeto por ellos — La puerta de la nave se abre, Freddy y su equipo se ven silueteados a contraluz.
Ya en la superficie del nuevo planeta, Freddy y su equipo de exploración recorren por algunos kilómetros los alrededores. — Tenemos más de dos horas caminando en círculos ¿Has detectado nuevamente señal de vida? — Pregunta Freddy.
— No Señor — Responde un joven con una pantalla de computador a mano, se pueden observar algunas gráficas de barra y mapas — A 500 metros hacia el norte hay una colina, podemos llegar a la cima y allí probar suerte — breve pausa — si le parece, claro —
— La suerte es de inútiles. Vamos a subir. —
Al llegar a la colina, en el punto más alto, las botas de todos se hunden sobre lo suave de la grama.
— ¿Qué le sucede a este pedazo de planeta? — Afirma Freddy mirando la planta de su zapato derecho y volviendo a pisar la superficie con mayor fuerza.
— Creo que logro ver algo hacia el este — Dice el joven técnico, su intención fue calmar lo más posible su emoción, pero no lo logró.
— Dame el largavista — Ordena Freddy al chico, éste le devuelve unos binoculares compactos, Freddy observa detalladamente — Pero son varios edificios —
— ¿Cómo ha dicho? — Afirma el cadete sorprendido — Tenemos que ir, de prisa — se incorpora de un salto —
— Hey insecto, detente allí — Freddy sostiene al muchacho por el hombro — Vamos a llegar con sigilo — Se dirige hacia el grupo — Todos atentos malditos cabros, seguiremos hacia el este. Quiero que tengan sus armas listas. Cualquier contacto externo notificar primero. —
Y así Freddy y su equipo bajaron la colina hacia el este. Ninguno perdió de vista los edificios.
Casas muy grandes con un diseño bien pensado, ventanales y puertas con medidas acordes y proporcionadas al uso humano. Entre tonalidades blancas y sombras que refuerzan sutiles grises. Freddy y su pelotón caminan entre esas casas. No pueden observar a ningún habitante. Aunque caminaban poco a poco hacia el centro de la presunta ciudad las casas cambiaban ligeramente sus formas, pero nunca su percepción de tamaño o belleza.
Se acercaron a una plaza. Muchas personas esbeltas y bellas, multirraciales, pocos de mínima estatura pero sin llegar a ser enanos. Todos estaban congregados en esa plaza. Justo en el centro un árbol con abundantes ramas y hojas. Sus raíces mantenían un soporte de tal forma que un pequeño riachuelo cristalino se deslizaba bajo él.
El pelotón se acercó sigilosamente al grupo. Las personas nativas no se asustaron en nada pero mantuvieron su atención en Freddy, ya que éste se aproximó levantando su brazo derecho y dejando caer la punta de su arma para que apuntara al suelo.
— Saludos, amigos, soy Freddy — El grupo pareció no comprender sus palabras, Freddy vuelve a repetir, pero con una tonalidad más chillona — Saludos amigos, mi nombre es Freddy, el comandante de esta tripulación, venimos a hablar con ustedes — Eso no generó ningún tipo de respuesta.
Los pies desnudos de una mujer se asomaron a unos metros de distancia. Un vestido simple cubría todo su cuerpo. Rostro juvenil con ojos claros, su expresión irradia tranquilidad, la cual inunda todo el ambiente. — Les damos cordialmente la bienvenida a nuestra comunidad — Extiende su brazo derecho hacia Freddy, aunque su duda gobernaba cada parte de su cuerpo, duda que se refleja en su rostro y en cada paso que a al vez le permite acercarse a la dama — No tenga miedo puede acercarse — Se dirigió de forma sutil. Freddy no cree, él nunca coloca granos de confianza en seres desconocidos, y mucho durante una misión.
— Mi nombre es Mary, te doy la bienvenida a este mundo —
— ¿Hay alguien a cargo con el cual pueda hablar? —
— Yo puedo aclarar todas tus dudas —
— Un ser tan frágil como usted no puede darme respuestas a todas mis dudas, así que busque a alguien más —
— Lo siento mi estimado visitante, en eso no puedo ayudarle —
Freddy camina hacia la mujer, se coloca a menos de un metro. Levanta su arma. — ¿Sabe qué es este objeto?, ¿Sabe cuál es su función? — Freddy agita su arma — ¿Comprende lo que puede suceder si no recibo una respuesta que pueda resolver mis inquietudes? —
— Comprendo perfectamente lo que está tratando de explicar, pero lamentablemente bajo estas circunstancia no puedo ayudarlo —
El pecho de Freddy se llena de aire. Exhala con agresividad. Apunta su arma hacia la cara de Mary. Pero un sujeto que está en medio de ese conglomerado de gente, intenta acercarse con rapidez a Freddy. Un soldado logra observar el acontecimiento e interviene, intentando obstaculizar el camino del sujeto. Este último sin dejarse intimidar logra quitarle el arma y arrojarlo al suelo para aplicarle una llave. Freddy dispara. A pesar de que la bala atravesó el hombro de aquel sujeto, éste sigue apretando al soldado con mucha más fuerza, está a punto de estrangularlo.
— Si continúas así te volaré los sesos — Freddy afirma y apunta con su arma —
— Se llama Andy — Interviene Mary, con voz fuerte y firme — Está en la cima de la torre, puede hablar con él — Se inclina hacia el sujeto — Por favor detente, ya es suficiente — El sujeto deja al soldado. A éste le cuesta incorporarse además de respirar.
— Vamos, no tenemos nada que hacer aquí — Freddy se aleja con su grupo. Los ciudadanos rodean y atienden al herido.
Es una torre de color blanca. Alrededor de 230 pisos, no se sabe con exactitud. Algunos ventanales cubren parte de su superficie, se ven reflejados el cielo violeta y las deformidades de las nubes. Freddy voltea hacia su pelotón. — Tú acércate — Es el soldado que entró en conflicto hace unos minutos — Quítate el casco — El soldado obedece. — No me mires a los ojos pedazo de mierda — El soldado baja su mirada — ¿Te crees superior a mí o piensas que soy un pedazo de mierda incapaz de defenderme? — Freddy alza la cantonera de su arma y lo golpea con fuerza, éste cae al suelo retorcido del dolor — Levántate mierda — El soldado dura buen rato para levantarse, Freddy no aparta su mirada de él, se mantiene erguido — Ahora sí, mírame a los ojos — El soldado levanta su vista — No vuelvas hacer eso —
Así siguieron su camino, no vieron novedad, algunas personas asomaban su mirada a través de la ventana de sus casas. Casas pálidas con diseños impecables. Al pie de la torre Freddy se percata de la inmensidad de la infraestructura. Entraron por medio de unas puertas de vidrio interconectadas de forma simétricas con estructuras metálicas, pero son delgadas, lo suficiente para sostener tan vibrante superficie cristalina. Primer piso, paredes color beige, tan claro que apenas se puede percibir, el piso es sumamente liso, brillante, también en beige pero en una tonalidad más fuerte. — Todos estos putos edificios, de verdad me inquietan — Freddy mormulla dentro de sí.
La gran sala donde pudieron entrar dentro de la torre llega a su límite. Se encuentran envueltos en paredes circulares. Se siente un pequeño temblor en la base de sus pies. — No se muevan — Freddy ordena en voz alta. — Que nadie se mueva — Los soldados lo miran, pero también observan cada espacio del recinto, están un poco nerviosos. La plataforma, que activaron con sus pisadas, se desliza de a poco, tomando altura y permitiendo que el equipo desorientado de Freddy se eleve alcanzando todos los pisos superiores.
La plataforma los llevó al último piso de la torre. Pero no encuentran nada allí arriba, sólo unas columnas y una vista panorámica de toda la ciudadela.
— Señores, ¿en qué los puedo ayudar? — Una voz retumba en toda la sala. Los soldados voltean. — Les doy la bienvenida a mi morada — Es una ilusión, simplemente un reflejo de lo que fue un hombre de hace siglos.
— ¿Quién eres? — Pregunta Freddy.
— Me pueden llamar Andy, y estoy a su disposición —
— ¿El famoso Andy? ¿El portavoz de la verdad? —
— Asi solían llamarme en aquellos tiempos —
— Imposible — Freddy se calla por menos de dos minutos — ¿Cómo es que ahora sigues con vida? —
— El concepto de vida para tu mundo consiste en experiencias efímeras, aquí la vida puede durar una eternidad pero al mismo tiempo se mantiene en plenitud — Todo el cuerpo Andy parpadea por un segundo.
— Me parece que tus palabras contienen algo de mentira —
— No podría mentirle, la mentira solamente son percepciones distintas de nuestros mundos, lo que para usted puede ser una absoluta mentira para mí puede ser una verdad — Andy cae en interferencia como un antiguo televisor en busca de señal, pero con un sutil movimiento de mano vuelve a estabilizarse.
— Parece nervioso Señor Andy — Freddy no aparta su mirada.
— Para nada, esas condiciones humanas fueron desechadas de mí hace mucho tiempo atrás —
— ¿Será porque en algún momento dejó de ser humano? — Andy demuestra una pequeña risa nerviosa — ¿No me digas que el legendario Andy siempre ha sido un robot? — Afirma Fredy con tono de desprecio. Andy extiende los brazos a media altura, los apunta hacia el grupo, es una señal de exaltación. La reacción de Freddy no tardó en aparecer, levanta su arma y dispara, el proyectil va dirigido hacia el cráneo de Andy, pero evidentemente sigue de largo. A menos de un kilómetro, una madre y su niño están en el patio de su casa, la madre regaba algunos materos, mientras que el niño, jugaba con un peluche sobre el suelo, la madre levanta a su niño con intención de entrar, pero justo en ese instante la bala de Freddy destrozó al pecho del niño, y se alojó en el corazón de la madre. Los dos cayeron.
— Le advierto que la violencia en este mundo no es un método de persuasión, ni el mejor camino para cumplir objetivos — Afirma el holograma de Andy.
Freddy ya con una presencia relajada desliza su arma hacia la parte de atrás de su espalda. — ¿Qué sucedió con el verdadero Andy? —
— Lo siento, Andy dejó de existir hace exactamente mil treinta y cuatro años, trece días, cuatro horas, atrás —
— Entonces seguir hablando con una ilusión es perder el tiempo — Freddy le da la espalda, su intención es retirarse.
— Soy el respaldo de la conciencia de Andy, en pocas palabras, sigo siendo Andy pero en una versión, por decirlo así, más práctica — Las palabras del holograma se humanizaron, pareciera que las mismas transpiraron vida. Freddy se detuvo y dijo sólo esto; “Quiero hablar contigo”
III
El ambiente en la ciudadela se tranquilizó un poco. Freddy y Andy hablaron durante horas, compartieron ideas y revelaron hechos históricos de sus mundos. Aunque sus valores e ideas se contraponen entre sí por sus diferencias tan marcadas, los dos pudieron llegar a un acuerdo, por decirlo de esta forma, a un acuerdo diplomático. Andy ofreció un espacio dentro de la ciudadela para que Freddy y su pelotón pudieran relajarse y establecerse de forma temporaria. Y así la noche llegó, todos los ciudadanos quedaron bajo el dominio de un sueño profundo, como era de esperarse dentro de una población pequeña y tranquila. Aquel soldado que reaccionó voluntariamente algunas horas antes, que provocó el disgusto de Freddy motivándolo a golpearlo en la cabeza, este mismo soldado no pudo conseguir el sueño esa noche. Se levantó en medio de la oscuridad con un insoportable dolor de cabeza. Salió de esa estructura arquitectónica para poder respirar aire fresco, y luego sentarse manteniendo su espalda apoyada sobre una pared. La noche en ese planeta es tranquila, muchas estrellas adornan el firmamento, una sombra se dibuja lentamente detrás del soldado, este levanta su mirada, es aquel ciudadano que el soldado estuvo a punto de estrangular, los dos se miran fijamente, el soldado se levanta.
— No voy a permitir que individuos de otros mundos corrompan nuestro sagrado planeta — Este se coloca en posición de ataque, es una pose muy extraña a los ojos del soldado, extraña también por la herida que le provocó Freddy hace algunas horas.
— Antes me contuve, por respeto de mi superior, pero ahora solo estamos tú y yo, no te tendré nada de compasión —
El ciudadano, el cual no sabemos su nombre, se acerca a paso lento con la guardia alta.
— No tengo duda en mi corazón, ustedes deberían irse ahora de nuestro planeta — Se lanza sobre el soldado, éste bloquea el golpe, logra dominar parte del brazo herido y controla al ciudadano haciéndolo caer al suelo, el soldado mantiene presión colocando su rodilla, y luego sacando una navaja, la cual entierra en el cuello de la víctima.
— ¿Ya terminaste miserable? —
El soldado procura no mancharse de sangre, guarda su navaja, se retira al establecimiento dejando el cuerpo sin vida sobre una superficie fría y descolorida. A partir de ahora los tiempos tranquilos de esta comunidad han llegado a su fin.
Freddy es despertado gracias a unos griteríos. Al levantarse su primera reacción es tomar su arma, a los pocos segundos entra en conciencia que está a salvo dentro de su habitación. Un destello de luz pronuncia parte de su rostro. Es una ventana abierta justo a unos pasos de él. Freddy se levanta para poder observar por ella y así matar un poco su curiosidad.
Una multitud de personas están reunidas en una plaza, todas están agitadas, conversando en voz alta entre ellas. Mary resalta por su belleza entre ese cúmulo de personas. Trata de tranquilizar a la gente, pero a pesar de su presencia de liderazgo le cuesta mucho trabajo. Freddy acompañado con dos guardias se acerca a la multitud. Al instante el silencio vuelve a dominar la escena.
— ¿Me pueden explicar el por qué de todo este desenfreno? — Grita Freddy con todas sus fuerzas.
Mary con pose de valentía, da un paso al frente. — Nuestra comunidad ha perdido tranquilidad gracias a sus acciones irresponsables — Mary sigue caminando hacia delante, los soldados que acompañan a Freddy se ponen alerta.
— Mujer ¿De qué diablos estás hablando? —
— Su presencia en nuestra comunidad ha traído desgracia, necesitamos que se vayan lo antes posible — Mary lo afirma dejando caer algunas pequeñas lágrimas de sus ojos, es evidente, está tratando en lo posible ocultar sus emociones.
— No me gusta tu actitud mujer — El tono de Freddy, pretende calmar a Mary.
— Nosotros no queremos problemas, ustedes han traído una desgracia muy grande, y vamos a mantener la paz cueste lo que cueste — Mary se mantiene en pie con total firmeza, la presencia de Freddy no la intimida para nada.
— Quiero que me des ahora mismo una explicación — La furia de Freddy es evidente.
En medio de la multitud varias personas se abren paso, este grupo de cinco ciudadanos mantiene entre sus hombros y brazos, tres cadáveres, el niño con su madre y al ciudadano recién apuñalado. Con mucho cuidado dejaron caer los cadáveres a los pies de Freddy. Éste sin ningún gesto en particular, ignora y niega los hechos ocurridos por su propio disparo y sus subordinados.
— ¿Me van a dar la responsabilidad de la escoria de su pueblo? —
— Nuestro pueblo es un pueblo de paz, nunca hemos presenciado estas maldades — Responde Mary en su estado de euforia, la gente a su alrededor revienta en gritos, Freddy da un paso hacia atrás, se siente amenazado. Con su pie derecho patea el cadáver del niño como una señal de reto y rebeldía. La multitud siendo testigos de estos actos grita enloquecida, es un sonido tan aterrador que el mismo Freddy y su escoltas tuvieron que taparse los oídos. Freddy en medio de toda la confusión sintió como las personas se acercaban a ellos y cómo Mary se alejaba más, por primera vez en su vida sentía un terror que hacía turbulencia dentro de sus venas, puede ser por la misma adrenalina ensombrecida del momento, así Freddy por instinto o también por miedo, dispara con su arma hacia las personas. Un cuerpo revienta sobre el suelo debido al impacto de la bala, y así decenas de proyectiles se abalanzan sobre la multitud.
Mary en todo momento se mantuvo en cuclillas con la frente pegada al piso. Al ver que el silencio volvió a suavizar las emociones, ella levanta la mirada y es testigo de tal masacre. Siente el calor de la punta de un arma cerca de su cabeza.
— Dime cual es el secreto de este mundo ¿Por qué hay humanos aquí? ¿De dónde han salido? —
Con mucha dificultad y temblores en las piernas Mary se levanta. — Debajo de la torre — Seca sus lágrimas con las manos, pero solamente logra regarlas por todo su rostro — En los pisos inferiores que están debajo de la torre está el verdadero responsable de esta ciudadela y de cómo llegamos aquí —
Si es así, me vas a acompañar — Freddy agarra por el brazo a Mary, los dos se dirigen hacia la entrada de la torre, los miembros del pelotón de Freddy se acercan, todos persiguen a su líder. Entran a la torre y llegan al subterráneo por medio de unas escaleras. Las paredes a partir de aquí son completamente blancas, dando así la ilusión de amplitud, un aire gélido roza la superficie de sus pieles levantando lentamente algunos bellos.
— No tiene sentido seguir caminando — Freddy dirigiéndose hacia Mary, la acerca hacia ella mirándola hacia los ojos — Fue estúpido llegar hasta aquí —
— De igual forma lo hiciste sin dudar — La respuesta de Mary provocó tal ira en Freddy que éste la arrojó hacia el piso —
— Detente — Se escuchó una voz infantil a lo lejos, todos miraron hacia los lados tratando de ver el origen de tal chillido. No hay nada. Freddy se acerca hacia Mary con intención de golpearla. — Dije que te detuvieras — Freddy percibe esa voz justo al lado de él, en efecto, allí está un niño con aspecto simplón, pálido, cabello corto y ojos negros.
— Detente ahora mismo — Freddy pudo ver al niño justo al frente de él.
— Este es el secreto que estás buscando, es el niño — Mary dijo esas palabras con las últimas fuerzas que le quedaban.
— ¿Estás en drogas mujer? — Freddy le grita a la Mary — Y tú responde ahora, ¿quién eres? — Freddy centra toda su furia hacia el niño.
— Yo soy el principio y el fin, yo soy el que con la palma de su mano sostiene todo el universo, yo soy la perdición que acabas de despertar — La mirada del niño es fija sobre los ojos de Freddy, y éste percibe como su aura de niño inocente se transforma en un instante en un aura de muerte.
Freddy voltea para de alguna forma encontrar refugio, sentirse sólo por un momento protegido, pero se da cuenta como cada uno de sus soldados están extendidos sin vida sobre el suelo.
— Dime Freddy, ¿tienes miedo? — La voz del niño retumba dentro de la cabeza de Freddy, éste levanta su arma, apunta hacia todas la direcciones buscando algo, por lo menos un blanco para disparar. El arma por su propio peso cae al piso. Freddy sorprendido corre hacia la salida.
En medio de la ciudadela, justo en el centro de la plazuela, Freddy se detiene. No quedó nadie con vida, ninguno de los ciudadanos, tampoco ninguno de sus soldados. En el cielo se posa su nave. Freddy logra sentir el estruendo de sus motores. Da un grito de desesperación, pero la nave parte a toda velocidad hacia lo extenso del universo.
— Tu tripulación te ha dejado solo en este planeta — Ya para Freddy la voz del niño es un concierto de ruidos rechinantes. Freddy siente un golpe en su cabeza y cae al suelo. En medio de la confusión abre los ojos y ve el rostro del niño, pero también puede ver como su cuerpo se ha descompuesto, parece un cadáver, gusanos se deslizan sobre sus costillas, un nido de moscas revolotean sobre él, Freddy levanta su mano para poder observar, pero detalla que sus dedos se han vuelto huesos.
El rostro del niño se acerca, Freddy presta atención a sus palabras — Te pudrirás lentamente hasta que tu cuerpo se vuelva ceniza, así cuando mueras pasarás la eternidad en el infierno recordando que fuiste un simple ser insignificante —